maría josefa camina de arriba a abajo o de abajo a arriba -nos da lo mismo- la misma calle por la cual han pasado antes tantas veces. se decide a entrar a una tienda de juguetes y luego a una librería. compra un oso de peluche y no se decide entre llevar a casa algún libro de jardinería - aquí la opción se subdividía entre los árboles y sus secretos y las flores en la cocina) o alguna novelita fulera.
en fin, sin más preámbulos, se dio cuenta que llevaba observándola por horas desde mi ventana así que no le quedó otra más que saludarme y me dio la inmensa responsabilidad de decidir por ella. no atiné a decirle más que decidir nunca me ha gustado, pero que si tuviera que hacerlo no me llevaría nada a excepción de un cuaderno en blanco.
no me hizo caso aunque luego yo compré un millar de hojas en blanco.
jueves, 27 de marzo de 2008
por la tarde
colgado por Unknown a las 11:41 p. m.