Disculpe las calles, señorita S.
Pero después de muchos siu mais... y de caminar sanos y salvos por calles bravas teniendo como único inconveniente que 500 tipos -según tú- me hayan mirado las posaderas... jamás supe qué diablos era charly.
Sospecho que me falta calle, señor del barrio.
De todos modos, me gusta tenerte de guía.
*foto de la visita anterior cuando aún tenía pelucha y los desayunos eran de cebada