capitán, hemos perdido el norte y las estrellas. ahora, en esta esquina del callao, todo pasa más despacio y los hijos juegan una pichanguita en la pista.
capitán, mis hijos pudieron ser rubios. pudieron estar en el primer mundo y aprender el discurso colonizador. pudieron ser islas mirando otras islas. pudieron ser indeferentes postmodernistas. pero estamos aquí, jugando con una botella vacía de gaseosa sin norte y menos aún estrellas.
viernes, 13 de abril de 2007
going on
colgado por Unknown a las 9:40 p. m.
nota al pie: nada es estable