jueves, 27 de marzo de 2008

por la tarde

maría josefa camina de arriba a abajo o de abajo a arriba -nos da lo mismo- la misma calle por la cual han pasado antes tantas veces. se decide a entrar a una tienda de juguetes y luego a una librería. compra un oso de peluche y no se decide entre llevar a casa algún libro de jardinería - aquí la opción se subdividía entre los árboles y sus secretos y las flores en la cocina) o alguna novelita fulera.

en fin, sin más preámbulos, se dio cuenta que llevaba observándola por horas desde mi ventana así que no le quedó otra más que saludarme y me dio la inmensa responsabilidad de decidir por ella. no atiné a decirle más que decidir nunca me ha gustado, pero que si tuviera que hacerlo no me llevaría nada a excepción de un cuaderno en blanco.

no me hizo caso aunque luego yo compré un millar de hojas en blanco.