jueves, 10 de julio de 2008

volar

ayer que te ví me contaste que te ibas a madrid con la familia, que el cielo de lima te había hecho feliz pero que deseabas ver un cielo más azul.

te recomendé ir a la sierra.
no estarías tan lejos.

te fuiste sin despedirte porque así te pedí que lo hicieras, como esa vez que crucé la avenida y al llegar al otro lado ya no estabas. añadir toques cinematográficos a lo cotidiano quita el drama y el recuerdo se me confunde entre las despedidas de las películas románticas que no quiero ver el domingo por la noche.

días después o quizás ese mismo día te ví en una fiesta. tomamos el mismo taxi a casa y me regalaste un lazo rojo. no te pregunté porqué y ahora que no estás, quisiera saber. me fui sin despedirme y no volví a mirar atrás.