sábado, 12 de mayo de 2007

puerta cerrada

dejó que el agua fría la dispersase, aunque iba a hacer faltar mucho más. las pequeñas tragedias cotidianas la tenían agobiada. susceptible y abrigada, salió a la calle. hacía mucho más frío de lo que pensaba. se cerró el saco y empezó a caminar rápidamente, así entraría en calor.

calles más abajo, pensó en tomar una combi que la llevaría a tomar café en alguna banca anónima o a mirar el mar y trilladamente sentirse sola. prefirió arriesgarse y tomar el teléfono.

- ¿estás en casa?
- sí

dos grandes autobuses pasaron a centímetros de ella. pudo sentir el olor de sus pasajeros. retrocedió unos cuantos pasos.

- ¿puedo ir?

su línea telefónica nunca había brindado un buen servicio. escuchó una "i" que interpretó como su posibilidad de verle. tomó el primer taxi que pasó frente a ella.

llegó.

estuvo parada en la puerta apróximadamente 15 minutos. la piel de gallina se debía a muchas cosas más que al frío. nunca le había ido nada bien en esa casa.

tocó la puerta. un señor de mediana edad le dijo que quien estaba buscando había salido hace unos 10 minutos muy apurado.

- ¿dejó dicho a qué hora iba?
- no...apenas le vimos salir
- ahm...
- llevaba prisa... no dejó dicho a donde iba
- muchas gracias, chau

aprovechó en practicar su sonrisa "no pasaba nada. estoy bien". pensó en que el mundo se desarrollaba contrario a los emo que les gusta llevar sus cortes en la muñeca como heridas de guerra o peor aún, estandartes.

caminó sin rumbo un par de cuadras. sabía que no lo encontraría. tenía mucho frío así que decidió cancelar esa búsqueda.